Muchas veces los que hacemos radio nos quejamos porque nuestro medio no suele ser noticia. A veces ni siquiera para los mismos espacios informativos radiales.
Hoy quiero comentar algunos temas que interesan sobre diferentes temas relacionados con la radio.
Los resumo por si algún lector prefiere no leerlos todos.
Primero los ecos de la «pega» o broma que le hicieron a una oyente en una emisora bogotana, con el supuesto secuestro de un pariente.
Después el nuevo Estatuto de radio, promulgado en días pasados por el Ministerio de Comunicaciones.
También un proyecto de ley en el que volvemos a los tiempos de la cuota obligada para la llamada «música colombiana».
Y por último unos apuntes sobre radio digital, ahora que ya se tomaron decisiones sobre la televisión digital.
Temas variados para no aburrir a los lectores.
Todo por el rating
Causa indignación la explicación que dieron los responsables de la emisora que protagonizó la broma macabra sobre el secuestro. Su excusa con el argumento de que todo estaba acordado con la «víctima» de la pega… esto indigna porque es una doble burla a los oyentes. Por una parte porque se justifica el engaño a los oyentes, haciéndoles creer que lo que oyen es realidad, cuando solo es un burdo montaje… y por supuesto indigna que se justifique ese estilo de humor, que no solo en Colombia, es un humor macabro que supone que la desgracia del prójimo puede ser motivo de risa y burla. Todo por el rating. Como en el peor de los realities parece que la idea es generar noticia para ser recordados por la audiencia, que en estos días es entrevistada para recoger las cifras del Estudio General de Medios (EGM). La pregunta acerca de lo punible de esta conducta es realmente secundaria frente a la desfachatez de sus protagonistas.
Nuevo estatuto de radiodifusión
Maticemos este trago amargo con una buena noticia. Mediante el Decreto 2805 de 2008, el Ministerio de Comunicaciones ha expedido el nuevo estatuto de la radio colombiana. Es importante este decreto por varias razones. La primera porque muestra que el tema de la radio es prioritario en el actual Ministerio. Recordemos que también en se expidió en días pasados un Conpes, que avanza en la consolidación de una política estable y de largo aliento por la radio comunitaria. En segundo lugar, es importante la expedición del estatuto porque allí se actualizan muchas de las clasificaciones de emisoras, en particular se va clarificando la categoría de «interés público» con sus diversas modalidades. Por último es importante este estatuto porque allí se ratifica el amplio espectro que cubren las tres modalidades de programación de la radio colombiana: la comercial, la de interés público y la comunitaria. Se consolida una visión pluralista del ejercicio radial, excepcional en el continente americano y en buena parte del mundo, ya que de esta manera todos los sectores y los intereses de la sociedad tienen posibilidad de expresarse en el servicio sonoro de radiodifusión. Para ilustrar esto con mayor claridad, recordemos que en Estados Unidos no hay radio financiada por el Estado; en México no tienen las comunidades asignación de frecuencias; en Argentina todavía se discute este derecho de la comunidad; en Chile sí se le da a la comunidad posibilidad de expresarse pero con potencias asignadas a las emisoras que son de muy corto alcance. En Venezuela, la radio comunitaria está completamente tutelada por el gobierno. Esto para dar solo algunos ejemplos de la amplitud y diversidad que permite el modelo de radiodifusión en Colombia.
Volver al pasado
Por último quisiera comentar un proyecto de ley presentado a la Cámara de Representantes, en el cual se vuelve a la vieja idea de que el gusto popular, en el tema de la música en este caso, se puede orientar, crear y moldear por leyes.
Pretende este proyecto que en la radio, la televisión y la internet el Estado obligue a la programación de un 60 por ciento de música colombiana y un 40 por ciento de música extranjera. Sin duda este proyecto pretende emular la sonada Ley Resorte (responsabilidad social en radio y televisión) que hace unos años se expidió en la vecina República Bolivariana de Venezuela. Y decimos emular porque este proyecto intenta «Imitar las acciones de otro procurando igualarlas e incluso excederlas» tal como define el Diccionario de la Lengua Castellana de la Academia.
Hay algunas cosas que llaman la atención en este proyecto de ley y en su «exposición de motivos». Lo más relevante, sin dudas, es la debilidad de argumentación y la falta de técnica jurídica. En cuanto a argumentación presentada en la exposición de motivos se echa de menos una adecuada conceptualización de lo que debería ser considerado como música colombiana, si es que este concepto tiene lugar en el mundo globalizado de hoy. Hace rato la musicología renunció a buscar estas quintaesencias que permitirían diferenciar lo nacional de lo extranjero. De manera simple podría uno preguntarse qué es más colombiano: una gavota de Pedro Morales Pino (ritmo de origen europeo y compositor nacido en Colombia) o un pasillo de Terig Tucci (ritmo colombiano y compositor nacido en Argentina); un calipso compuesto en Old Providence o un tema de jazz compuesto por nuestros músicos residentes en Nueva York… y esto para no hablar de los temas rockeros compuestos por jóvenes de los barrios populares de Medellín o Pereira, o los merengues de las orillas del Magdalena… en todo caso el proyecto de ley en mención solo nos dice que se entenderá por «Música Colombiana: Aquella que contiene diversos géneros que identifican cada región del territorio haciéndose muy frecuente el hallazgo de varios estilos musicales en cada una de las regiones». Definición por demás vaga y además mal redactada.
Por otra parte, y para resaltar un solo elemento de mala técnica jurídica, o simple desconocimiento de la legislación vigente, ordena el proyecto de ley que se legisle sobre el contenido de páginas de internet, idea inaplicable pues no es posible determinar los alcances legales en este punto, y por otra parte crea un Fondo para la promoción de la música colombiana y lo pone en cabeza del Ministerio de Comunicaciones… también aquí habría que decir que de ser viable, tendría que estar a cargo del Ministerio de Cultura, por competencia asignada constitucionalmente.
Dejamos en manos y cabeza de nuestros lectores la opinión que merezcan estos acontecimientos ligados al desarrollo de nuestro medio radial.